Pepe Isla, de Casa Isla (Granada) se quedó literalmente sin habla. Y al poco, le invadió una emoción que corrió a desahogar a solas. Acababa de conocer el veredicto del jurado a cargo de la selección del candidato español para la final del World Chocolate Masters Cacao Barry en París y su nombre figuraba en lo más alto del podio. Le llevó varios minutos asimilarlo. Casi media hora. “Creía que al ganar varias categorías previamente, ya no tenía opción al premio final”, advierte Pepe. Con razón. El reglamento así lo dice, pero el jurado presidido por Xano Saguer, de Espai Sucre, tuvo irremediablemente que rendirse a la evidencia. El ganador bien podría salir de entre quienes habían conseguido alzarse con la mejor puntuación en alguna de las cuatro categorías a concurso: bombón de molde, pastel, pieza artística y chocolate to go (o para llevar). Así ocurrió con Pepe Isla y con Abraham Balaguer, de Sweets (Girona), que se repartieron los premios correspondientes a cada categoría. Isla conquistó especialmente al jurado por su pieza y por su bombón. Abraham, en cambio, lo hizo con su pastel y su snack de chocolate para llevar. Las puntuaciones de las distintas elaboraciones estuvieron reñidísimas hasta el último momento y por diferentes aspectos también valorados por el jurado como la organización, la gestión del tiempo, el orden y la limpieza, la balanza acabó decantándose del lado de Isla. Por bien poco. En tercer lugar, Andrés Moreno, de José Miguel Pasteleros (Málaga), se mostraba exultante y “orgulloso” de haber conseguido la tercera plaza de una competición que reporta gran prestigio internacional.
Isla, para quien Ramon Morató es su gran referente “como profesional y como persona por su tremenda humildad”, tiene ahora 8 meses por delante para prepararse a conciencia de cara a la final mundial de París. “Si voy a París es para ganar sino, no me habría presentado a la selección española ni habría competido como lo he hecho”, reconoce el pastelero que siempre se decía de participar y nunca lo hacía. Hasta este año. Su pareja Irene, que rompió a llorar desconsolada y a llamar a toda la familia nada más conocer que Pepe era el vencedor absoluto de la selección española, propició ese empujón último para que el pastelero probara suerte. A base de constancia y de “dedicarle más horas de las que tiene el día” en el mes previo a la competición celebrada esta semana en la Chocolate Academy de Gurb (Barcelona), Isla venció sus miedos y a los otros cinco contrincantes. Ahora le espera un mayor reto: suceder al italiano Davide Comaschi como World Chocolate Masters este 2015.
Fuente: Pastry Revolution