La explosión de la popularidad mundial de la quinua en los últimos seis años ha cuadruplicado su precio en las tiendas.
Pero a pesar de la demanda de las tiendas de comestibles de lujo en los Estados Unidos para mantener sus silos llenos de la antigua semilla, casi en ningún lugar aparte de las áridas montañas y los valles costeros de Perú, Bolivia, Ecuador y Chile, se cultiva este grano.
Sin embargo, los fitomejoradores y los científicos que estudian la biología y la economía de la quinua dicen que todo está a punto de cambiar.
«Vamos a ver que la quinua se comenzará a cultivar en muchos lugares muy pronto», predice Kevin Murphy, un fitomejorador de la Universidad de Washington que ha investigado durante muchos años el desarrollo de variedades de quinua adaptadas a la diversidad geográfica y el clima de los Estados Unidos. Murphy dice que ya está claro que la quinua puede florecer y producir altos rendimientos en muchas partes de América del Norte, y que no ve «ninguna razón para que la producción de quinua no despegue en los próximos años.»
Los agricultores a pequeña escala en el noroeste están probando actualmente el cultivo, y han cosechado unos cuantos kilos de quinua cada otoño entre las hileras de verduras y frutas, ya hay venta de semillas de quinua en los mercados agrícolas, pero aún no se ha registrado el éxito esperado debido a diferentes razones.
En primer lugar, dice Murphy, la locura de la quinua es un fenómeno tan nuevo que los agricultores apenas han tenido la oportunidad de reaccionar. Hace apenas seis años que los estadounidenses podían comprar quinua por el mismo precio del arroz, es decir a US$ 1.50 por libra. Ahora, se vende entre US$ 4,50 y US$ 8 cada libra de quinua.
Así que la Chenopodium quinoa, podría ser lucrativa para los agricultores estadounidenses, únicamente en las regiones más frías. La quinua es muy sensible al calor, y los agricultores experimentados dicen que las temperaturas altas pueden destruir completamente un cultivo. Otro desafío para la producción de quinua es la lluvia. Si cae durante la época de la cosecha de otoño, se pueden estropear las semillas, pues pueden germinar.
Y luego está el problema de la eliminación de la saponina, la capa amarga natural de compuestos que disuaden a las plagas, pero que hace que éstas no sean comestible para las personas si no se limpian. Se tendrían que crear sistemas de limpieza especiales, algo en lo que los productores de América del Sur van muy adelante.
Pioneros en el cultivo de quinua en Norteamérica
Hasta la fecha, sólo White Mountain Farm en las Montañas Rocosas de Colorado, ha hecho una gran inversión en la semilla. «Cuando empezamos en 1987 no había demanda de quinua, recuerda el propietario Ernie New, que plantó 120 hectáreas de quinua este mes de mayo y recogió 70 después de un verano cuyo clima resultó altamente destructivo.
«Nadie sabía cómo cultivarla, cómo limpiarla, prepararla y comerla. No había información alguna al respecto.» Hoy, dice New, recibo muchos más pedidos de los que puedo cumplir, muchos de los restaurantes y tiendas esperan quinua cultivada localmente.
Pero por ahora, casi todas las semillas de quinua que se consumen en los Estados Unidos se importan de América del Sur, en donde se recogieron casi 80.000 toneladas de quinua en 2010.
Los efectos de la fiebre de la quinua
Sin embargo la demanda de quinua ha traído problemas a los países cultivadores. En Bolivia, el segundo país productor de este grano, las comunidades que antes vivían de la quinua ahora son incapaces de pagar por ella y se han tenido que volcar al consumo de alimentos procesados nutricionalmente inferiores.
Y las disputas por la propiedad de los terrenos van en aumento ya que los empresarios de las ciudades han llegado a competir entre sí por el espacio de crecimiento en la escasa tierra cultivable de los Andes en su intento de sacar provecho de la locura de la quinua.
Los pastores bolivianos están abandonando sus rebaños de llamas, el fertilizante natural de la región, para pasarse a la siembra de quinua. Esta situación ya parece ser la causa de la disminución de la productividad del suelo.
La mayoría de las granjas de quinua sudamericanas están a una gran altitud, algunas a más de dos kilómetros sobre el nivel del mar, «no obstante la quinua es una especie muy adaptable y versátil», dice Frank Morton, propietario de Wild Garden Seeds cerca de Portland, Oregon.
Morton cultiva quinua desde 1984. El calor y la humedad siguen siendo los asesinos frecuentes de la mayoría de las variedades, pero a través de la escogencia de semillas, Morton ha transformado varios tipos originales de quinua en por lo menos cinco nuevos tipos que parecen prosperar en los climas de América del Norte «y producir grandes rendimientos a pesar de la terrible pobreza del suelo.»
Morton se ha dado cuenta de que las plantas de quinua se congelan durante la noche y siguen creciendo después de la descongelación, por lo que es un cultivo potencial para las regiones montañosas donde otras frutas, granos y verduras no pueden crecer. También ha visto que hay variedades de quinua que crecen al nivel del mar.
Morton cree que las montañas rocosas, gran parte de Canadá y el noroeste del Pacífico tienen un potencial como regiones productoras de quinua, y dice que es cierto que una industria quinua producida en América del Norte pronto estará en auge.
Fuente: Club Darwin