El Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial de la UNESCO inscribió hace unos días en Bakú (Azerbaián) la Dieta Mediterránea como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en Chipre, Croacia y Portugal.
De este modo, se suman a España, Grecia, Italia y Marruecos, que hicieron lo propio hace tres años, elaborando y presentando una candidatura conjunta coordinada a nivel técnico transnacional por la Fundación Dieta Mediterránea el 16 de noviembre de 2010. Se trata, así, de una candidatura abierta a la adhesión y participación del resto de Países del Mediterráneo que comparten este patrimonio cultural.
La Dieta Mediterránea es un patrimonio cultural inmenso y milenario, evolutivo, dinámico y vital en peligro. Sólo este reconocimiento internacional puede lograr la movilización necesaria para salvaguardarlo.
Según afirma la UNESCO, comprende un conjunto de conocimientos, competencias prácticas, rituales, tradiciones y símbolos relacionados con los cultivos y cosechas agrícolas, la pesca y la cría de animales, y también con la forma de conservar, transformar, cocinar, compartir y consumir los alimentos.
El acto de comer juntos es uno de los fundamentos de la identidad y continuidad culturales de las comunidades de la cuenca del Mediterráneo. Es un momento de intercambio social y comunicación, y también de afirmación y renovación de los lazos que configuran la identidad de la familia, el grupo o la comunidad.
Además, añade que este elemento del patrimonio cultural inmaterial pone de relieve los valores de hospitalidad, buena vecindad, diálogo intercultural y creatividad, así como un modo de vida que se guía por el respeto de la diversidad. Por otro lado, desempeña un papel esencial de factor de cohesión social en los espacios culturales, festejos y celebraciones, al agrupar a gentes de todas las edades, condiciones y clases sociales.
También, asegura, abarca ámbitos como la artesanía y la fabricación de recipientes para el transporte, conservación y consumo de alimentos, como platos de cerámica y vasos. Las mujeres desempeñan un papel fundamental en la transmisión de las competencias y conocimientos relacionados con la dieta mediterránea, salvaguardando las técnicas culinarias, respetando los ritmos estacionales, observando las fiestas del calendario y transmitiendo los valores de este elemento del patrimonio cultural a las nuevas generaciones.
Sin duda, lo ocurrido hace unos días en Azerbaián confirma el reconocimiento internacional de una dieta como la mediterránea, símbolo de salud, bienestar y riqueza cultural.
¿En qué consiste la dieta mediterránea?
Esta dieta se caracteriza por la abundancia de alimentos vegetales (pan, pasta, arroz, verduras, legumbres, frutas, frutos secos…), el aceite de oliva como fuente principal de grasa, el consumo moderado de pescado, marisco, aves de corral, productos lácteos y huevos, y el vino consumido con moderación generalmente durante las comidas.
Fuente: Fiab