Sylvia Yoo ha presentado en el 5º Street Food Fest de Los Ángeles el churrelado, una fuerte apuesta personal por mezclar el churro, su labor, y el helado, su pasión. Los objetivos gastronómicos para los Estados Unidos parecen claros: crear conceptos nuevos a partir de los ya existentes. Tanto es así que la última moda en la pastelería norteamericana va por binomios. Antes del churrelado ya aparecieron otras combinaciones curiosas. Primero fue el cronut, el donut a partir de la masa del cruasán que Dominique Ansel ideó, y después creó el Choco Milk Shoot, un chupito hecho con galletas de chocolate y que contiene leche en su interior.
La elaboración de Sylvia Yoo es similar a la de un sandwich de nata: se compone de dos piezas finas hechas de masa frita de churros que se convierten en las galletas del helado. Entre ellas, una suave crema helada enfría el conjunto. Yoo ha escogido algunos sabores que se alejan de sus orígenes, cómo el churrelado de sésamo negro o el de horchata, aunque también dispone de variedades más próximas (sabores como tarta de manzana, arándanos o panacota).
Pese a la pérdida de propiedades que sufre el producto frito al enfriarse, esta creación movida por los hilos de la innovación ha despertado en el último mes una gran afluencia de público en Churro Borough, el local que Sylvia Yoo abrió en Los Ángeles en 2011 después de estudiar cocina en Nueva York. Se trata de una tienda temporal que abre al público según conveniencia y donde, ahora más que nunca, también se trabaja por encargo.
La churrera-pastelera tiene previsto continuar sus remezclas. De momento, tiene un camino claro: quiere utilizar su propia masa de churros para crear nuevos y atractivos macarons. Una propuesta que aúna la gastronomía de nuestro país (por la tradición churrera) con la francesa.
Fuente: Pastry Revolution